¿Sabes en qué consiste el Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas o IRPF? El IRPF o Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas es un tributo fiscal realizado anualmente. Este se calcula sobre la renta total anual obtenida en el ejercicio profesional autónomo de las personas físicas. La declaración de este impuesto conlleva incentivos que promueven el desarrollo de esta actividad vital para el fisco nacional.
En este artículo de CDNogueiras Servicios de Asesoría, hablaremos un poco sobre este importante tema y su instrumentación.
¿Qué es el Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)?
Es importante saber que no todas las personas físicas que ejercen actividades autónomas están obligadas a liquidar el IRPF. Si ya no estamos ejerciendo actividades empresariales de carácter autónomo, estamos exentos de las retenciones del IRPF.
Las actividades empresariales son aquellas que se realizan dentro de una organización estructurada. Este es el caso de un comercio minorista, por ejemplo. Esto queda determinado de acuerdo al epígrafe que hayamos seleccionado en el modelo 036 de la Agencia Tributaria de España.
¿Cómo funciona la retención del IRPF?
Una vez que nos hayamos dado de alta como profesionales autónomos, debemos incluir las retenciones en la mayoría de los casos. En el caso de los profesionales autónomos, las actividades realizadas de manera personal, son las que se declaran aunque no exista una organización estructurada. Esto incluye actividades cómo la práctica de la abogacía, disponer de un consultorio médico u odontológico, por ejemplo. En estos casos y en otros similares la retención del IRPF es del 15%.
La retención del IRPF podremos aplicarla sólo cuando facturemos a otros profesionales autónomos, personas jurídicas o sociedades registradas. Sin embargo, cuando facturamos a clientes particulares no nos corresponde aplicar la retención del IRPF. Esto se debe a que ellos no realizan su declaración de impuesto en Hacienda.
Debemos tomar en cuenta que la declaración de la retención del IRPF ocurre en dos momentos diferentes. Uno, cuando los clientes a los que les hemos facturado presentan su declaración del IRPF en Hacienda. Y el otro, cuando presentamos nuestra declaración de la retención del IRPF. Ambas declaraciones deben coincidir. Sin embargo, para evitar discrepancias entre las cantidades que presentan ambas partes, se recomienda solicitarles a los clientes a quienes facturamos, los certificados de retención de las declaraciones realizadas por ellos. De esta forma podremos verificar los datos declarados por ellos y su correspondencia con los que vamos a presentar.
Beneficios al declarar la retención del IRPF
Si hemos iniciado recientemente algún tipo de actividad laboral como profesional autónomo, podremos recibir una bonificación asociada a la retención del IRPF. Esta bonificación será la de cumplir con la obligación de declarar ante Hacienda solamente el 7% en los primeros tres años de ejercicio. El propósito de este beneficio es el de brindar apoyo a los nuevos profesionales autónomos que se inician en la actividad laboral. No obstante, si queremos tener derecho a este beneficio, no podemos haber estado cesados en cualquier tipo de actividad económica en los últimos 12 meses. Una vez que haya transcurrido el período de este beneficio, que es de 3 años, comenzaremos a declarar el 15%.
Anteriormente, existía la modalidad de reducir el porcentaje de retención del IRPF para el beneficio de algunos profesionales autónomos. Sin embargo, esta medida era sólo aplicable a los que obtenían bajos ingresos. Desde 2015, este beneficio se modificó y se transformó en una cantidad fija para todos los casos. Actualmente, todo profesional autónomo está obligado a declarar una retención del 15% por concepto del IRPF.
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